El almacenamiento de los animales se realiza de manera que queden protegidos de todo contacto con organismos nocivos, roedores, pájaros, insectos y de las inclemencias meteorológicas.
El almacén de alimentos se mantiene cerrado, limpio y ordenado, asegurándose de que se han retirado los restos de partidas anteriores para el control de plagas.
Los alimentos permanecen en todo momento identificados y separados según el estado fisiológico del animal.